viernes, 14 de noviembre de 2008

II- ANGUS (04) 01/01/90 23:30 Ramon & Cajal

Entré por Diciembre, a mitad de curso. Dudas inciertas torturaron al dudable coeficiente mental de las gallinacea directora. Ella no sabía, si por terminar tercer grado en Argentina debería pasar a cuarto año en México. Fué imposible explicarle a esa pobre mente reducida -e inepta para conducir un colegio- que yo debía estar no según un numero, sino por mi edad correspondiente (no estacional). A causa de mi elemental Inglés, fui conducido a clases particulares con mi propia maestra; por lo menos así nunca en la puta vida me podrían cagar. Aunque atrasado en lenguas extranjeras, solìa hostigar a mis compañeros hasta el hartazgo con la hartante y repetitiva pregunta de :
-"¿ Como mierda todavía no les habían enseñado el diptongo ?"-.
Realmente quedé admirado por la exhaustiva busqueda educativa de Blanche & Robert, era el primer colegio mas cercano en linea recta desde la calle Horacio; si hubieran tomado por Campos Eliseos en vez de Masarik hubiera terminado en el colegio Ciudad de Mexico. Pero el destino estaba marcado, debía entrar en ese antro de perdición. Al traspasar el zaguán -mas parecido a un alojamiento de alta rotatividad que a otra cosa- las clases se repartían entre habitaciones de exóticos colores. Subí a Cuarto año y luego decidí bajar a tercero, por lo menos si me iban a ridiculizar, prefería estar parejo para poder pelearme a mi altura (aunque no fuera muy suficiente). Cuando llamaba a mis pendejas compañeras "queridas", se me cagaban de risa sin dudarlo y mis pares masculinos me martirizaban con el machacadisimo:
-" Como te llamas ?. Diego Roberto de que te importa"- se respondían ellos mismos inmediatamente, con una insoportable estridencía y un muy mal imitado acento argentino de cuarta. Sólo un tipo quedó imperturbable -tal vez por su parcíal sangre sudamericana- y fué este el primero en presentarse ya que "Colombían Red Point"(*) había preferido la inasistencía de la que despues me acostumbraría con el tiempo. Esa primera y verdadera mano proveniente de un ser de pantalones cortos cuadriculados equivaldría a 10 años de desmadre(*) continuado, sin una puta pelea (ni interrupciones). Ese ser imperturbable era Hugo, Hugo Figarella, H.F.quinto, Hugui, el Pollo, el Meztizo, Mezty Lou, El retoño: El hijo del Ogro. Todos en una misma cabeza. Un atemorizado esclavo de un patrón de su misma sangre; un alcohólico en potencia por ese entonces y un ahora actual miembro de A.A. no reconocido; el único chilango que se bancó mis locuras y malos genios sin inmutarse.
Todos ellos en una misma cabeza no psicótica. Para lo otro estaba yo.
Despues de esperar el camión (?) que me recogería, desesperado por si llegaba tarde a mi 2do día de clases, apareció el lado faltante del tríangulo que siempre permanecería formado (sólo suplantandose uno de los lados, con el correr del tiempo) : Andres, Andres Gomez, Andrés Gómez Marulanda-Marinela, Andy Panda, Andresito Bombocito, Granoline. Opuestamente al anterior, el control sobre su persona era inexistente, su Madre prefería pintar grotescos y coger con su macho de turno, mientras su prima Nidya -voluptuosa adolescente- gustaba de caminar indecentemente en chabomba y ñocorpi(*) entre los muebles siempre llenos de polvo. Nos separamos en la secundaria, él se perdió en el "Si eres tiZo y burgues metete al Holandes". Y Siguiendo el refrán al pie de la letra, comenzaron sus víajes al pais de origen de la droga. Cayó en la inmundicia como toda la masa mayoritaría, terminó en la gayola(*) mientras se metía cigarrillos de cannabis en el interior de su Afro-Look de 20 cms. de espesor en los que culminaba sus casi 2 mts de altura.
Pero Hugo (y despues J.P. como suplente del trio fatal) merecen mas que un parrafo: aparecieron continuamente; se habían instalado definitivamente.
Ya nos habíamos mudado a Horacio, y observé como la situacion financiera cambíaba celericamente: color TV, car road, imported domestics & buzz(*). Un Galpón para deambular, Maverick para Transitar y verdes para acumular. Chau a la caja de rueditas de la calle Guido. Ese gran espacio trajo la visita de familíares con el consabido tour a puntos históricos: pirámides tenochtitlanas, catedral tepozotlana, bazar sabático, ruta Cuernavaca- Taxco-Acapulco; si hubieramos cobrado cada una de las repeticiones ya tendríamos una agencia de víajes a todo trapo.
Pero hubo gente que apareció y nunca mas supe de ellos. Charlotte, prototipo alemán de la perfección aria (pero no física). Era el cerebro mas avanzado, pero su precio tuvo que pagar porque planchaba en las fiestas de la primaria mas que un marrano deshauciado. Con su flaco cuerpo hacia atras y los bifocales culo de botella fijos en el cielo raso, mientras la musica sonaba. Marina, mi primer gran amor mexicano frustrado. Las rusas Cecilía Saba (yo era su uvita para ella) y Yemi pret a porter (descubiertos sus encantos con poco tiempo para actuar y una tradición semita para contrarrestrar). Mayra, verduzca jamonosa(*) de noviazgo ínfimo, producto de la única carta que me había enviado un ser de sexo contrario al mio (Boullon siempre lenteja). El "Hongo" Montalvo y "Rino" Giusseppe, colonos del Uruguay Park, fueron más que necesarios para que permitir mi ingreso a aquel mundillo de vegetación. Cesar Lanzagorta, precoz degenerado, activo camorrero que odiaba a su homónimo por que decía que era putisimo (era mejor tenerlo de amigo, al primero y no al otro). Marcos, el 1er informante de la chaqueta(*) por los armarios de la YMCA; se valía de una tecnica poco convencional: el frotamiento aumentaba por la intensidad de la fricción contra la superficie rugosa de cualquier corteza arborea transformada en pasta quimica prensada (Papel). Otro recordado era Chava, por el que emprendíamos la aventura ciclistica de agotarnos hasta Teca(*), con el sólo fín de conseguir revistas de las chivas del Guadalajara para copíar modelos de caricaturas. Chava Poseía lazos sanguineos con Joe, una puta avanzada de 5to grado que pretendió exprimir el falo de Huguito, pero que sólo se quedó en la proposición porque del taller del patio quedó unicamente ella mirando absorta uno de sus tantos rechazos. El turco Moises, calenturiento como ninguno, que a la tierna edad de 12 años reclutaba gente para ir a lo que yo entendía como burgues-burger(?). ¿Adonde?. Con los años nunca supe si necesitaba un burdel o sólo quería sacíar su apetito con una hamburguesa del Burger Boy.
Los odíados del establecimiento, por el poder de ser los primeros por arriba nuestro: La Rana Rene, era tan asqueroso que no conforme con castigarnos se cagó de risa cuando con su hermana menor asistí a mi primer liturgia acompañado de dos en fondo , aunque yo aseguraba y aseguraba que me encontraba en mi 1ra comunión (lamentablemente hay fotos como evidencia irrefutable que debería haber quemado). Identicamente rubios y dorados Alex y su prolongación femenina Alexis, identicamente petulantes. Pero el más torturador de los que estaban por debajo en esta escalera de violencia era Javier Coto "Cotizo", un adinerado europeo lisiado, maquiavélico y sádico que gozaba destruyendo canillas humanas con sus metálicas muletas durante los torneos de futbol. Aquellos partidos sin goles y con única meta del estallido de los vidrios del ventanal, sólo para el posterior robo del mastique(*) y así disponer de nuevas roturas intactas. Romper y volver a romper para acumular sin uso especifico más y más insulso relleno que mantenía firme a los vidrios.
Otro de los placeres de Coto era invitar a fastuosas fiestas en su fortaleza, para jugar fut en la bajadita o disponernos a un chapuzón mientras que embutidos en nuestros bañadores esperabamos la ya conocida negación de la oferta. Parado apenas mientras expelía un olor acre (producto de cantidades siderales de hormonas que adultizaron su cuerpo) se zambullía removiendose en el liquido elemento cual renacuajo, mientras que los renegados solamente podíamos limitarnos a observarlo. Sólamente le era fiel una bestia subhumana: Neto, guardaespaldas descomunal del que nunca supe si era capaz de articular monosilabos o gruñidos. Era dudable el averiguarlo debido a que con 15 años continuaba inmovil en 6to grado. Coto no tenía problemas, con su arma de lisiado se dedicaba no sólo a lacerar, sino a satisfacer sus desordenadas fantasías sexuales a tal grado de que sin empacho se masajeaba la prostata ante la presencía de una absorta rubía -argentina maestra de ultimo año- y de 30 o 35 alumnos ya acostumbrados a sus extravagancías repugantes.
Siempre fuí un tragaldabas matado(*), siempre una banda colorida competitiva me esperaba al fín del ciclo escolar. Fuí el único extranjero que portó la insigne patria con un sólo guante, ya que mi otra mitad se movía ritmicamente del otro lado de la escolta. En los Domingos de shopping, sólo se consiguen un par -nos habian dicho nuestras señoras madres. Uno para Hugo y el otro para el extranjero que puteaba silenciosamente ese Lunes en el transcurso del acto civico. Siempre muy organizados y unidos.
Era facil conseguir triunfos intelectuales, había que aceptar el "Sorry but I don't know" en las parodias apocalípticas de examinación oral -una frase inutil ya que todo era aprendido de memoría al final. La escuela me llevó desde enamorarme de mi maestra de 4to año -Monica Echevería- hasta putear a la de 3ro, consiguiendo estremecimientos y una expulsión respectivamente. La hija del Presidente de turno(*) excitaba a las bestias con besuqueiros, apapachos(*) y apodos cariñosos a toda hora, del tipo de "Pierre Bombom" o "Pierre Tonton". Haciendose la Brigitte Bardot aunque fuera morocha, netamente aficionada no sólo a los pequeños escolares sino a enormes futbolistas con los que aseguraban que se revolcaba con más de uno a la vez. Su imagen chocaba contra la pantagruélica figura del chofer de la cabina de transporte. Un cachalote en celo, descomunalmente inmundo, idéntico a John Lennon despues de su viaje acidérico por la India. Ataviada con botas texanas, la lechona se extasíaba al mango con el cantante Raphael que adornaba todos los tapasoles de su sucio vehiculo. Todo esto nos llevaba facilmente a concluir que era una probable y no declarada onanista, sin dejar de olvidar ademas como prueba irrefutable, los millones de cuerpos bien provistos y contorneantes que tapaban la minúscula habitación (respecto a su tamaño) que ocupaba en el piso máa alto del Ramón y Cajal. Su imagen vista desde la caja del vehículo se resumió felizmente en uno de los tantos viajes de regreso a casa : simplemente, era "Celestíal", tan grande como la inmensidad del techo azul que nos cubría ...
La ventaja de haber cambiado el camión por la camioneta era más que evidente, estar al lado de Nazhira. y más aún cuando sus pedazos blancuzcos de carne se asomaban desde arriba, tapados por un horizonte gris ínfimo de una diminuta falda opaca, sobresaliendo por debajo sus almidonadas medias que apenas parecían traspasar la rodilla, con tersura aún más blanca que la diáfana piel que cubrían. Esas imágenes siempre se magnificaban, ante mi retraso voluntario en el descanso anterior de la escalera o se dibujaban siempre que recogía inexistentes lapiceras por debajo de la mesa del bar "El Tren" mientras se me atragantaba una grasosa hamburguesa casera. Fue mi segundo escarceo -no tan infantil- despues de lo de Maria laura Sea; pasé desde escondernos semidesnudos en un placard con olores inciertos a jugar al inventado muñeco inmovil. Nazhira la tenía más que clara, ya que bajaba cada vez más asiduamente al 701 para enseñarme como había que exprimir la bolsita de te, sin pensar que dejaba solo a su hermano Jóse divirtiendose a destruir el depto con su balón y a su madre Giselle, que sin importarle el caos hogareño se atavíaba con su infaltable vestidito de tenis. Con la raqueta en mano contaba que cuando era maestra en Costa rica el inocente alumnado se pasaba a primera fila para ver como cimbraba sus nalgas cuando escribia en el negro pizarrón. Set point. Mientras mas hablaba mas se me apretaban las fantasias contra mi perturbado cerebro en franca degeneración. Game over.
Todas lo son en mayor o menor grado. Putas reprimidas o en vias de serlo -aseguraba el primo Alfredito que decía conocer al otro genero.
El colegio ofrecía diversas y pintorescas atracciones: desde oir de la gallega la forma de obtener desparejos dibujos con la tecnica del rascando, rascando o practicar rutinarias e inservibles caligrafías, aunque ya algunos de los alumnos portaran barba hasta pelearse siempre que hubiera chance: espectacularme a empujones con Cesar "el Topu" derribando todos los enchapados bancos de 3ro (como en una película de Clint Eastwood de la noche anterior) o certeramente con un puñetazo contra el mismísimo diente frontal de Humberto "el Culón", pero con el agravante extra de sus persecuciones molestas para que le abonara la factura del dentista.
Si te la voy a pagar ... Espera tranquilo.
Jugabamos al burro y a las coleadas por la sola diversión de contar cuantos cuerpos quedaban aplastados contra los ridículos payasos que adornaban la pared cuarteada del patio o asistiamos a anuales eventos Kermessianos(*) para que la anciana directora hurtara billetes a más no poder. Por aquellos tiempos Papá Figarella decidió que su hija -la princesa arabe Xiomara- debería ser reina de belleza a cualquier precio. Despues de un infructuoso intento en la venta de 10 boletos, no dudó ni un segundo en comprar toda la existencía, mientras a su hija la teñían de blonda gabacha. La belleza se medía por la cantidad de entradas que conseguía la candidata o en defecto su padre. Era una especie de remate en las afueras de Saliquelo. Por supuesto el jurado oJetivamente no dudó en decidir ante tanta hermosuraa. Mi Madre tambien entró al baile a pesar de mis lamentos típicos de amarrente, con el grave error de regalar una tella(*) de Regal para ser rifada. Nosotros terminamos los estudios y la directora siguió con tesón sus actividades ílicitas. Agotó paulatinamente con los estado de cuenta de sus clientes hasta que ya con un buen fajo de morlacos, dió el toque final con el robo de todas las colegíaturas de inscripción de ese año lectivo que todavia ni había comenzado.
Ahora en vez de uniformes azulgrisaceos, hay un desarmadero en esa esquina donde se cimentaron mis primeras enseñanzas.
Extraescolarmente pudimos asistir a la fiesta de la deseada (por todos sin exepción) Rusa Saba, se jugaba al pelotudusimo juego de la Viuda bajo un tenso tríangulo infantil de persecución amorosa. Yo atras de ella, mientras que ella le mandaba cartas que él quemaba ante mi envidiosa mirada. Mucho más viejos no topamos casualmente -pero ahora con 16 muy notorios años- como era previsible no nos dió siquiera la hora. Otro amor platónico que quedará en la historia, como había ocurrido con la trabajosa transcripción al papel de los profundos sentimientos de "Rino" Giusseppe en un carta de declaración de amor pero con la unica premisa de tratar de sintetizarlo lo mas facilmente posible Como para que no quedaran dudas alguien leyo:
-"¿ Begonía, quieres ser mi novía ?" -como para que rimara, como para ir direito al grano. Pero como con el amor no se come y menos se engorda, Marina y Charlotte preferieron dedicarse a vender comics a los pobres ignorantes, que andar con esos jueguitos de miradas. Nosotros a módicos precios nos conformabamos con las figuras, ya que apenas y podíamos articular un obsoleto Yes. Ellas se escondían para contar las ganancias.
Lo más pintoresco se encontraba en lo histriónico, desde el Jarabe Tapatio en algun evento nacional hasta los canticos tradicionales del tipo "Ay mi burrita - Ay mi chu"; siempre dirigidos por un bodoque ancestral que sólo podía llegar a las teclas del instrumento con una guía telefónica sobre sus arrugadas nalgas. Mientras berreabamos como descosidos, deseaba fervientemente que llegara ese puto día en que no fuera el primero en la tomada de distancía y pudiera dominar alguna vez mis enloquecidos pelos de fuente con otra cosa que no fuera Spray Gillete para vencer al discolo remolino. Todavia te estoy esperando .. y ahora ni siquiera me atrevo a entrar a una peluqueria.

No existían eyaculaciones, ni siquiera un diminuto piquito; ! Bha !, quien los necesitaba, si existían los gansitos(*) que valían un vil peso (ya que por suerte todavía no nos afectaba la inflación).
Los últimos grandes desconocidos de siempre, a los que a algunos continué viendo despues en la secundaria: Andres Gonzalez alias "La Ucha" alias "Cachorro de león: Noble y primitivo". Empezamos a estudíar para el examen de ingreso a la secundaria y despues de la sesión intelectual nos reventabamos en los quemados(*), ritualmente siempre una hora antes que este negro ser, regresara a su habitáculo al lado de las quecas(*) de Ma. Isabel. Tenía una gran atracción por esa casa a punto de derrumbamiento y por los juegos de salón que estaban guardados muy por encima del aparador. Una vez la Ucha se desvistió en los armarios de la Guay(*) y no tuvo otra salida que compartir su gran secreto con nosostros: sólo un tiny winy cock(*) asomaba timidamente desde un bajo abdomen desprovisto de testiculos. Nadie habló más, pero siempre dejabamos que la Ucha fuera el primero en ponerse el traje de baño y el último en cerrar su candado philips. No puedo dejar de lado, una de esas fotografías que quedan grabadas instantaneamente para siempre (aunque no sean para nada fundamentales): yo parado con una T-shirt de I © San Francisco viendo como su hermana Sara, me observaba con ojos impávidos, como preguntandome ¿ Por Qué?. Otro que nos acompaño en la secundaria fue Martin Moguel: Un millonario norteño -amigo de Fernando, del cual no recuerdo ni su cara- afecto al billar junto al millar de hermanos identicos que poseía. Nunca hablaba, sólo era famoso por el bozo que dejó crecer hasta que un espeso mostachón adornó su redonda e infantil cara. Por detras, cerca de la ventana siempre estaba misteriosamente sentada con un tablón sobre las rodillas la llamada Negra de la Ouija. Con sus once años un día me atrajo a su inamovible sitio para prodigarme mi futura circunsición y el probable año de mi desvirgue, sólo acerto a una de esas 2 profecías. Aquel tablero diabólico -que vendían en Woolwoth y que mi vieja resguardaba encima del placard junto a las Sexshop News del intemperante Fabio- tuvo tambien dos nefastas incursiones en Horacio. Debutó en una velada profesional con fondo Vodoo, y finalizo sus funciones satánicas cuando en un trance no logró concluir la cadena de letras MEFIST... el terror superó toda nuestra curiosidad por el más alla. Y que alla se quedara. Triste fin, el que tuvo este pariente del capitan Kirk o Drake, aquel personaje con el que se comunicaba Linda Blair en el intro del Exorcista. La tabla abandonó aceleredamente aquel sacrosanto lugar -donde reposaba, para la tranquilidad espiritual de la familia- para ir por via directa hacía el tacho de basura mas cercano. Maleficio transitorio como aquella negra de mierda fue Rebeca Palombo: una gigantesca celestina de amores impropios para satisfacer a los más pequeños. Se encargaba de contactar las citas sin cobrar ni la comisión. Era la unica forma de participar indirectamente en alguna relación ya que a nadie se le hubiera ocurrido acercarsele sino fuera encima de un banco de varios metros de alto. Su preferido era sin lugar a dudas Luis Quiroga: pecoso degenerado, famoso por haberse revolcado con su hermana de sangre, aunque nadie se lo había preguntado realmente. Talvez la Palombo pensaba que esa historia fantastica se hiciera realidad sobre o encima de ella. Siempre a Luisito se lo podía ver en las duchas de la Guay mientras magica y alegremente se metía el pene hacía dentro, producto talvez de un nunca bien probado oscuro deseo travestiano.
Asi eramos. Y asi talvez dejamos de serlo ...

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